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Movimiento por la Democracia Participativa

¿Quién mató a Arafat?

¿Quién mató a Arafat?

Heinz Dieterich
Rebelión/MDP

Desde el punto de vista criminológico la muerte de Yasir Arafat debe considerarse un asesinato político, hasta que su defunción no haya sido certificada como una muerte por causa natural, mediante una autopsia de autoridades médicas competentes e independientes internacionales.

El corpus de evidencia circunstancial que sustenta la hipótesis de un crimen político abarca cuatro elementos principales: 1. El motivo que generó el delito; 2. Evidencia de la energía (voluntad) criminal para llevarlo a cabo; 3. Antecedentes del dominio y de la posesión de los sofisticados recursos necesarios para realizarlo; 4. Ausencia de una explicación pública satisfactoria sobre las causas de defunción de Arafat por parte de las autoridades médicas francesas.

1. ¿A quién beneficia la muerte de Arafat?

Toda investigación de un crimen inicia con la clásica interrogante procesal del derecho romano, popularizada por Cicerón, ¿cui bono? Es decir, ¿quién se beneficia con el delito ejecutado? La respuesta en el caso de Arafat, avalada por múltiples evidencias autoinculpatorias de los potenciales responsables, es obvia: los autores y operadores del megaproyecto de modernización neocolonial del Medio Oriente, Sharon y la camarilla “neoconservador” de Bush, quienes tuvieron un interés directo en “remover el obstáculo a la paz”, que, para ellos era el Presidente palestino.

2. ¿Existía la energía criminal para cometer el delito?

La voluntad (energía criminal) de utilizar el asesinato político como medio de política exterior, no solo ha sido documentada por sucesivos gobiernos israelíes mediante múltiples ejecuciones extrajudiciales (asesinatos) y desapariciones forzadas en diversos países, sino ha sido formulada, en el caso de Arafat, coram publico (públicamente) y ex officio (oficialmente) por las máximas autoridades del gobierno de Sharon. Sharon lleva a cabo una guerra de conquista colonial en Palestina como él mismo, en un raro momento de honestidad, ha confesado públicamente, diciendo: “A ustedes posiblemente no les guste la palabra, pero lo que está sucediendo es una ocupación. Sujetar (holding) 3,5 millones de Palestinos es malo para Israel, los Palestinos y la economía de Israel.”

Para “sujetar” a 3,5 millones de palestinos en los territorios ocupados del West Bank y Gaza, y otros 1,3 millones de árabes dentro de Israel, Sharon ha utilizado todo el arsenal del terrorismo de Estado y violado cuanto convenio internacional exista sobre la protección de la población civil en situaciones de guerra, incluyendo la declaración abierta del asesinato político de un Premio Nóbel de la Paz y presidente democráticamente electo, de otro país: Yasir Arafat. Después de tres años de debates confidenciales en los círculos gobernantes, en los cuales el ministro de Defensa, Shaul Mofaz; el jefe del servicio de seguridad interna Shin Bet, Avi Dichter; el jefe del Estado Mayor israelí, general Moshe Yaalon y el Ministro de Relaciones Exteriores, Silvan Shalom, entre otros, argumentaron a favor de “remover…el obstáculo a la paz”, el presidente palestino Yasir Arafat, el gabinete de seguridad israelí hizo público dicho plan en la primera semana de septiembre del 2003. Al generarse un debate público sobre tal proyecto el viceprimer ministro israelí Ehud Olmert reafirmó en una entrevista radiofónica en Israel que el asesinato del Presidente Arafat es considerado un método “legitimo”. La cuestión es de qué manera se acaba con Arafat dijo el segundo hombre del Estado israelí: “La expulsión es una opción. El asesinato es otra posibilidad”. El problema de que si Israel aplica la opción de la eliminación de Arafat, “no es un asunto de moral”, explicó el íntimo de Sharon y candidato a futuro presidente, “sino de saber si es práctico o no”.

A raíz de la ratificación pública del magnicidio como política de Estado, Siria promovió una iniciativa en el Consejo de Seguridad de la ONU, que demandaba que Israel cesara sus amenazas en contra de Arafat. Previsiblemente, el heraldo de la guerra contra el terrorismo internacional, el gobierno de George Bush, la vetó. Posteriormente, la moción fue aprobada abrumadoramente por 133 Estados en la Asamblea General de la ONU, con quince abstenciones y cuatro votos en contra. Los votos en contra fueron emitidos por cuatro gigantes de la democracia moderna: Israel, Micronesia, Islas Marshall y Estados Unidos. La reacción del gobierno de Sharon fue en consonancia con su política colonial y la de sus cinco antecesores, Shamir, Rabin, Peres, Netanyahu y Barak. Es decir, en consonancia con la decisión, de no devolver los territorios ilegalmente ocupados, de no desmantelar los asentamientos ilegales judíos y de no permitir, bajo ningún concepto, el establecimiento de un Estado soberano palestino. En palabras del Ministerio israelí de Asuntos Exteriores: “Esa resolución es tan irrelevante como el resto de resoluciones que son aprobadas en ese organismo (la Asamblea General) por mayoría automática”. Parece que, finalmente, el gobierno israelí encontró la solución al problema Arafat. Entendió que tanto la expulsión como el asesinato público tendrían un costo político demasiado alto, pero que, si se combinaban las dos opciones de Olmert, la remoción del “obstáculo a la paz” no generaría crítica alguna en la opinión pública mundial. Esto, obviamente, es lo que sucedió.

3. Antecedentes del procedere del presunto magnicidio

El intento más documentado de asesinato político con sofisticados agentes de guerra biológica-química por parte del gobierno de Israel, es el fallido atentado contra Khalid Mashaal, dirigente de Hamas, el 25 septiembre de 1997, en la capital jordana Amman, por parte del servicio secreto israelí (Mossad).

En este atentado, autorizado por el Primer Ministro Netanyahu, dos agentes del Mossad con pasaportes canadienses falsificados, a nombre de Shawn Kendall y Barry Beads, ingresaron a Jordania y atacaron a Mashaal por la espalda cuando entró en su oficina, inyectándole una sustancia tóxica en su oído izquierdo. Fue ingresado a un hospital con problemas de respiración, sin que los médicos supieran diagnosticar la causa.

La presión de Jordania y de la opinión pública mundial obligó a Netanyahu a enviar un médico con el antidoto al veneno a Amman, lo que le salvó la vida a Mashaal, tal como reportó la misma prensa israelí.

Ese atentado perturbó brevemente las relaciones diplomáticas con Canadá, porque en 1981, agentes del Mossad habían sido detenidos con pasaportes canadienses falsificados y el gobierno israelí se había comprometido con el de Canada, de no volver a permitir al Mossad su uso.

Durante el fallido intento de asesinato político, Ariel Sharon ---entonces Ministro de Infraestructura--- jugó un papel importante en las negociaciones de liberación de los dos agentes detenidos en Amman. El 16 de marzo de 1998 declaró en el Canal 2 de la Televisión israelí que el gobierno no había abandonado la misión original, pero que no se iba a ejecutar en Jordania : “Deberían saber que vamos a liquidar a Mashaal. Les digo que no lo haremos en su país”.

4. Inferencia ex silentio

El último elemento que sustenta la hipótesis de una presunta muerte no natural, es aportado por el silencio de las autoridades médicas francesas en torno a las causas de la defunción de Arafat.

Es poco creíble que en un hospital de primer nivel del Primer Mundo, especializado en enfermedades del sistema sanguíneo, no se haya logrado detectar la causa de la muerte de Arafat. El silencio respectivo de las autoridades francesas que han tratado el asunto como uno de sus arcana imperii (secretos de Estado), constituye, por lo tanto y en sí mismo, un elemento putativo de un posible crimen.

Para la democracia mundial es fundamental que se le practique al líder palestino una autopsia impecable en su metodología e independencia para conocer la verdad histórica sobre su repentina muerte en circunstancias poco claras.

Para la próxima generación de palestinos esa verdad histórica ya no tendrá importancia, porque el fundador de la Patria palestina se convertirá a pasos gigantesco en el mito fundador de su pueblo.

Su misteriosa muerte en un hospital militar francés sólo contribuirá a esa leyenda, tan esencial para el futuro del pueblo palestino, como su lucha en vida.

Magnicidio en Caracas: Washington acelera plan terrorista

Magnicidio en Caracas: Washington acelera plan terrorista

Heinz Dieterich
Rebelión/MDP

Danilo Anderson, fiscal venezolano democrático y patriótico, fue asesinado la noche de ayer en un sofisticado atentado con bombas contra su vehículo en el sureste de Caracas. Con este magnicidio, precedido por el asesinato de seis militares y una ingeniera de PDVSA en la frontera colombiana, el plan de destrucción terrorista de la Revolución Bolivariana por parte de Washington entra en su fase virulenta y abierta.

Asesinar a Danilo fue, desde el punto de vista de la subversión, una operación de alto rendimiento propagandístico y de guerra psicológica, con un riesgo mínimo.

Danilo fue un hombre emblemático del proceso bolivariano. Dentro del corrupto aparato de la justicia clasista venezolana, fue uno de los pocos abogados que aplicaron la ley a los golpistas y delincuentes de la subversión nacional y que enfrentaron su impunidad.

Era el Fiscal que llevó el caso de Capriles Radonski por la agresión a la Embajada de Cuba durante el golpe de Estado, el 12 de abril; estaba llevando el caso de Súmate; fue quien citó a la Fiscalía a los dueños de los medios que conspiraron con el golpista Carmona aquel 12 de Abril en Miraflores; estaba citando, en calidad de imputados, a todos los firmantes del Decreto Carmona y estaba investigando a los sicarios de la Policía Metropolitana del alcalde Alfredo Peña.

El peligro de Danilo para el proyecto terrorista de Washington era doble: le quitaba uno de sus principales instrumentos de poder, la corrupta justicia de clase venezolana, y se convertía en símbolo del patriota honesto y servidor de las mayorías en la nueva Patria bolivariana.

Asesinarlo no era difícil. Porque ese hombre modesto, joven de 38 años, detestaba los atributos del poder, como guardaespaldas, carros blindados, de tal manera que se convirtió en un blanco fácil para los terroristas de Washington.

Lo conocí por primera vez, durante la subversión urbana foquista de la “guarimba”. Yo salí de una entrevista con el Ministro de Defensa, General García Carneiro; él esperaba para entrar. Aprovechamos para hablar y me quedé impresionado con el valor de ese joven “flaquito”, casi tímido y reservado, que ponía su vida en la línea del fuego. Preguntado al respecto, respondió con una sonrisa y esa tranquilidad estoica de la gente que valora su misión por encima de cualquier riesgo personal.

El 11 de septiembre, Danilo estuvo en la presentación del libro: Hugo Chávez, El Destino Superior de los pueblos latinoamericanos, en el Teatro Municipal Teresa Carreño. Tuvimos la misma conversación sobre los peligros que corría; pero el se reía e insistía que estaba bien y que se acercaba la hora de la justicia para los implicados del golpe de Estado.

El asesinato de Danilo Anderson evidencia que la subversión ha dado un salto cualitativo hacia una ofensiva generalizada. A partir de ahora, personajes emblemáticos del proceso, cuya muerte tendrá un alto valor propagandístico para Washington y sus cohortes, estarán en peligro agudo. Asimismo, la subversión iniciará atentados contra la infraestructura energética y de transporte y más asesinatos e incursiones en la frontera colombiana.

Haciendo memoria histórica, podemos decir que la Revolución bolivariana ha entrado en la fase de la Revolución cubana de 1960, cuando la contrarrevolución estadounidense-cubana dio inicio a la lucha armada, sabotajes y asesinatos desde los núcleos subversivos en la sierra del Escambray o, también, de Nicaragua, a partir de 1983.

La respuesta a esa peligrosa escalada de la subversión en Venezuela debe construirse sobre las experiencias de ambos modelos contrarrevolucionarios (Cuba y Nicaragua), porque la amenaza es seria y potente. Solo una campaña masiva y rápida, inteligentemente planeada en todos los niveles, va a derrotar definitivamente a los mercenarios de Bush.

La violencia antidemocrática de la derecha, sin embargo, no es nueva; más bien, no ha sido discutida en su justa dimensión. Hay, por ejemplo, más de ochenta líderes campesinos, que han sido asesinados por las fuerzas subversivas a raíz de la reforma agraria, en los últimos años, sin que haya habido una respuesta contundente del Estado.

En su tiempo como Comandante de la base de Maracay, la vida del General Raúl Baduel estuvo alrededor de diez veces en peligro, a raíz de atentados planeados no solo por operadores venezolanos de la subversión, sino también por mercenarios introducidos desde Colombia y Centroamérica. (Casualmente hoy en el semanario Quinto Dia, en la columna “Las verdades de Miguel”, se advierte que el General es la persona en mayor peligro de magnicidio en el país, después del Presidente Chávez, por incorruptible y por ser el hombre de “más autoridad moral en el Ejército”.) Otro ejemplo es un plan de magnicidio contra el Presidente Hugo Chávez que fue desbaratado hace pocos meses por sectores de la inteligencia venezolana.

El terrorismo de la derecha no es nuevo, pero ha entrado en otro nivel. Por lo tanto, la violencia de la agresión va a potenciarse rápidamente. Esto por dos razones: 1. Las sucesivas derrotas en el referendo revocatorio y las posteriores elecciones han dejado a la derecha sin vías institucionales para conquistar el poder antes de las elecciones presidenciales del 2006.

2. El rotundo fracaso de Rumsfeld y Uribe en la VI Conferencia de Ministros de Defensa de América, en Quito, donde su intento de constituir una fuerza militar latinoamericana para Colombia fue derrotada con 16 votos ---en una alianza protagonizada por Brasil, Argentina y Ecuador, con apoyo de Chile y Bolivia y un papel sorprendentemente desdibujado de la delegación venezolana--- aumentará la propensión del terrorista Bush para intensificar la desestabilización paramilitar y el sicariato político.

Y no hay que tener ilusiones sobre la dimensión de la amenaza y la brutalidad de sus operadores. Se trata de la misma red que ha orquestado más de 600 intentos de asesinato contra el presidente cubano Fidel Castro, en los últimos cuarenta años, es decir, más de uno por mes.

En todo proceso revolucionario hay acontecimientos claves, que indican cuándo la contrarrevolución pasa a la ofensiva del terror. Viviendo en Buenos Aires en 1974, participé en el entierro del Padre Carlos Mugica, quien había sido asesinado brutalmente el 11 de mayo por las bandas paramilitares de la AAA. En ese entierro del “Protector de los Humildes”, no entendía todavía que el proceso había pasado un umbral y que la derecha comenzaba una guerra sin cuartel. Hoy lo entiendo, en el caso de Danilo Anderson.

El Padre Mugica, quien había dejado atrás su familia oligárquica para compartir la cruz de los pobres, reaccionaba ante las amenazas de muerte de los terroristas, diciendo: “Nada ni nadie me impedirá servir a Jesucristo y a su Iglesia, luchando junto a los pobres por su liberación. Si el Señor me concede el privilegio, que no merezco, de perder la vida en esta empresa, estoy a su disposición.”

Nunca le pregunté a Danilo si era cristiano. Pero la verdad es que no importa. Murió, como el Padre Mugica, “junto a los pobres, luchando por su liberación”.

Bolívar derrota a Rumsfeld en Quito y Caracas

Heinz Dieterich
Rebelión/MDP

1. Coreografía andina

La VI Conferencia de los Ministros de Defensa de América (VI CMDA) en Quito es de extrema importancia para el futuro americano. A tal grado que Bush envió personalmente a Donald Rumsfeld, Ministro de “Defensa” del imperio, para garantizar que el sometimiento militar monroeista de las Fuerzas Armadas latinoamericanas no fracasa.

Rumsfeld viajaba con una maleta diplomática que contenía los objetivos de su siniestra presencia en Quito, dentro de una estrategia de imposición monroeista, consensuada con el Coronel Lucio Gutiérrez, actual Presidente del Ecuador, el Ministro colombiano, Jorge Alberto Uribe y algunos Ministros centroamericanos: todos ellos acostumbrados a cuadrarse cuando escuchan, como dice la marca disquera, “his master´s voice” - la voz de su amo.

"El terrorismo internacional nos convoca a un estado de alerta máxima", rezó la voz del amo en versión andina, personalizada por el presidente Lucio Gutiérrez, al inaugurar el Foro. Añadió que el mundo necesita "una nueva arquitectura de defensa", y confió que el esfuerzo mancomunado de los países participantes en la cumbre, "llegue a plasmarse en un compromiso de Seguridad Hemisférica". Después, la voz del amo habló con acento colombiano. En una intervención destinada a lograr la formación de una fuerza de intervención “multinacional” en Colombia, el clon criollo del Presidente Sharon, Álvaro Uribe, afirmó en una “cameo appearance” no carente de tragicomedia involuntaria, que mediante su política de seguridad democrática, el presidente Álvaro Uribe "está llevando seguridad a todos los colombianos para consolidar el estado de derecho y el imperio de la ley".

2. No Solidarity, Sir.

Sin embargo, los gobiernos sudamericanos decisivos, los del Bloque Regional de Poder (BRP), no se dejaron amedrentar por la jauría del Emperador, a tal grado, que un alto oficial del Pentágono comentó lúgubremente: “Solidarity is a problem” --- “La solidaridad es un problema”.

“Yes Sir”, la solidaridad con sus jefes carniceros es un problema y lo será crecientemente en la medida en que el Bloque Regional de Poder bolivariano se consolida y sus Fuerzas Armadas no paren de matar en todo el mundo.

El Carnicero de Faluya, Donald Rumsfeld ---quién afirmó que América Latina, debe cerrar filas y trabajar más duro para prevenir actos terroristas en la región y Estados Unidos y que debe aumentar la cooperación entre las Fuerzas Armadas y la Policía, para enfrentar los nuevos desafíos de seguridad e impedir que grupos como Al Qaida utilicen la región como refugio--- chocó contra una pared llamada Brasil, reforzada por recientes alianzas estratégicas entre el BRP, Rusia y China. El vicepresidente y ministro de Defensa brasileño, José Alencar, rechazó las pretensiones unilateralistas del Carnicero imperial: defendió el multilateralismo en la lucha contra el terrorismo, y postuló que las Fuerzas Armadas deben limitar su tarea a la defensa de la soberanía nacional, y no involucrarse en tareas policiales.

"La cooperación política que se construyó a lo largo de más de medio siglo, desde la creación de las Naciones Unidas, tornó condenable el uso unilateral de la fuerza en el escenario internacional", dijo Alentar en una referencia directa a la invasión estadounidense en Irak y añadió que "la acción internacional, en la medida en que afecte la comunidad de naciones, debe partir de entendimientos y decisiones multilaterales".

3. Jóvenes rebeldes

Sí Señor, solidarity with Adolf Hitler is a problem, porque siempre habrá personas honestas y pueblos valientes que se enfrentarán a la barbarie que Usted representa. Personas honestas como los cinco jóvenes de la Asamblea Permante por los Derechos Humanos del Ecuador (APDH) --- Fidel, Mauricio, Mauro, Alexis y Anaité.

Burlando el cerco policial a pocos metros de la entrada principal del palacio donde Donald Rumsfeld se reunía con Lucio Gutiérrez, se ataviaron con capuchas, se encadenaron las manos y sostuvieron un lienzo grande, de cinco metros, que rezaba: "No eres bienvenido, Rumsfeld, Asesino Universal". Salieron en muchos medios burgueses, incluyendo la televisión española, y lograron generar más conciencia sobre la VI CMDA que todos los movimientos y partidos progresistas de Centroamérica juntos, donde había estado Rumsfeld.

Y mucho más, por supuesto, que los intelectuales “de izquierda”, individuales y colectivos, quienes, como de costumbre, no se batieron en la realidad, porque estaban absorbido tiempo completo en su quehacer habitual: navegar sus chalupas hermenéuticas a través de las sagradas escrituras en busca de la llave de la revolución socialista del siglo XXI.

4. La agenda monroeista de Rumsfeld

Viajando el Carnicero Rumsfeld por el mundo surrealista latinoamericano, no se dio cuenta que la Virgen de lo Real Maravilloso dispuso una intervención divina, en beneficio de la Libertad latinoamericana. Descubrieron los angelitos de la inteligencia celestial la lista de objetivos de Rumsfeld para la reunión de Quito, inteligencia que compartieron con círculos diplomáticos latinoamericanas.

Esta es la agenda de Rumsfeld para Quito:

1. Una renovada adhesión a la Carta Democrática Interamericana.

2. El fortalecimiento de la institucionalidad de seguridad y defensa a nivel regional y subregional,

mediante la implementación de una “arquitectura flexible” de seguridad y defensa en el

Hemisferio.

3. Involucrar en esas actividades a actores estatales y no estatales, incluyendo componentes

políticos, económicos, sociales, culturales y naturales.

4. Incrementar la interoperatividad de las Fuerzas Armadas de la región.

5. Desarrollar una metodología estandarizada para la seguridad mediante Libros Blancos

subregionales.

6. Implementación de metodologías estandarizadas de medición del gasto en defensa.

7. Ratificar el compromiso regional para hacer de las Américas una región libre de armas nucleares,

biológicas y químicas, salvo, por supuesto, Estados Unidos.

8. Recomendar a los Estados la ratificación de la Convención Interamericana Sobre Transparencia en las Adquisiciones de Armas Convencionales que entró en vigencia en noviembre del 2003.

9. Respaldar al Comité Interamericano Contra el Terrorismo (CICTE).

10. Apoyar la decisión de la 34 Asamblea General de la OEA de convocar una reunión de la Comisión de Seguridad Hemisférica (CSH) a fin de revisar y evaluar nuevas medidas de fomento de la confianza y la seguridad.

11. Apoyar la tarea que está realizando la Comisión de Seguridad Hemisférica para finalizar –en consulta con las autoridades de la JID- el examen y las deliberaciones sobre la definición de vínculo entre la OEA y la JID, y presentar sus recomendaciones a la Asamblea General de la OEA en su XXXV período ordinario de sesiones, considerando el carácter multidimensional de las amenazas y desafíos a los estados, las sociedades y las personas, y la necesidad de fortalecer la coordinación interinstitucional e intergubernamental y los regímenes de seguridad y de la defensa de la región.

12. Constituir un Grupo de Trabajo Intergubernamental sobre la JID (GTI-JID), conformado por representantes de los Ministerios de Defensa o del organismo nacional competente que corresponda, para que estudie la cuestión de la modernización de la Junta Interamericana de Defensa y elabore propuestas consensuadas que contribuyan al Plan de Acción 2004-2005 de la Comisión de Seguridad Hemisférica de la OEA. Además expresan su voluntad de examinar las funciones de la JID y su relación jurídica con la OEA.

13. Apoyo a los compromisos fijados por los Estados en la Conferencia Especial sobre Seguridad destinados a revitalizar y fortalecer los órganos, instituciones y mecanismos del sistema interamericano relacionados con los diversos aspectos de la seguridad en el Hemisferio, a fin de lograr una mayor coordinación y cooperación entre ellos, en el ámbito de sus competencias. Impulsar los vínculos entre la Conferencia de Ministros de Defensa de las Américas y las Conferencias de Ejércitos de Americanos, Sistema de Cooperación de Fuerzas Aéreas Americanas y Conferencia Naval Interamericana.

14. Ratificar que las Conferencias de Ministros de Defensa de las Américas y otros foros de consulta en materia de defensa existentes en el Hemisferio se han constituido en un espacio apropiado para promover el conocimiento recíproco, la confianza mutua, el diálogo y la transparencia en materia de defensa.

15. Lograr que la institucionalización de las Conferencias de Ministros de Defensa como foro multilateral permanente coadyuva a la consolidación de los principios, mecanismos y regímenes de seguridad regional; para lo cual, recomiendan que la Secretaría Protémpore intensifique sus actividades en la coordinación y seguimiento de las resoluciones y compromisos adquiridos en las Conferencias.

Imponer esa monstruosa agenda del Monroeismo militar a las Fuerzas Armadas latinoamericanas es el objetivo de la presencia del Ministro de Guerra estadounidense en Quito. La primera ofensiva estadounidense ha sido parada. Pero si la barrera de defensa de Brasil, Argentina y Venezuela no resiste en las negociaciones detrás de puertas cerradas, las consecuencias para el futuro de América Latina serían catastróficas, tal como se evidencia en los quince objetivos del Pentagonismo.

5. Misión “Échenle bolas” en Caracas

Un rumor recorría el Palacio de Miraflores en Caracas después del triunfo del referendo revocatorio. El Presidente Chávez había declarado presuntamente, que hacía falta una nueva misión: después de la de “Robinson” y la de “barrio adentro”, había llegado la hora de la “Misión Échenle bolas”, entendiéndose como tal una ofensiva enérgica contra la ineficiencia de las burocracias estatales.

Parece que el primer blanco de esa ofensiva fue la Cancillería venezolana. Anteayer, el Presidente Hugo Chávez nombró como nuevo Canciller al actual Presidente de la empresa energética estatal PdVSA, ex Secretario General de la OPEP y ex guerrillero, Alí Rodríguez.

Se trata, sin duda, del primer nombramiento acertado en esa cartera en los últimos años y la expectativa de los comités de solidaridad bolivarianos en todo el mundo es grande, de que finalmente se acabe la inercia y el sabotaje en esa rama vital de la consolidación de la revolución. El lugar de Alí Rodríguez en PdVSA será ocupado por el actual Ministro de Energía y Minas, Rafael Ramírez.

El doble triunfo de la “Misión Échenle bolas” en Quito y Caracas es prometedor para las fuerzas bolivarianas latinoamericanas. Cuanto menos solidaridad hay para Mr. Rumsfeld y Mr. Monroe en la Patria Grande, más solidaridad habrá para Simón Bolívar y Hugo Chávez. Esta es la esperanza de nuestros pueblos.

América Latina: los cuatro intereses estratégicos del imperialismo y el papel de la FLACSO-Ecuador (IV)

La penetración militar monroeista y la FLACSO-Ecuador

H. Dieterich
Rebelión/MDP

4.1 La morfología del Leviatán

Sobre la iniciativa militar monroeista de Clinton de 1994/5 se ha desarrollado un Leviatán de penetración imperial que pretende avanzar decisivamente la recolonización militar de la Patria Grande en 2005/6.

Entre las principales instituciones que forman parte de este Leviatán, se encuentran: el Pentágono; la Universidad Nacional de Defensa (NDU) de las Fuerzas Armadas estadounidenses; el Centro Hemisférico de Estudios para la Defensa (Center for Hemispheric Defense Studies, CHED); el Comando Sur (SOUTHCOM); la Comisión de Seguridad Hemisférica del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA); las Conferencias de los Ministros de Defensa de América (CMDA); el Department of Homeland Security (DHS); los complejos militar-industriales de Estados Unidos, Israel y la Unión Europea; múltiples fundaciones, institutos, universidades y ONG´s estadounidenses, europeas y latinoamericanas, y un extenso establishment criollo de profesores universitarios y “expertos en seguridad” hemisférica.

El modus operandi de esa extensa red que navega bajo las banderas del “dialogo incluyente y participativo de la sociedad civil” en los eventos internacionales de los Estados americanos, y de “la renovación de la arquitectura de seguridad del hemisferio”, puede ilustrarse con sus preparativos para predeterminar los resultados de la VI Conferencia de Ministros de Defensa de América, que se efectuará en Quito, del 16 al 20 de noviembre del año en curso.

A manera de ejemplo, como pars pro toto, puede servir la política respectiva de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede Ecuador, bajo su director Adrián Bonilla.

Hablar de “la FLACSO-Ecuador” es, por supuesto, una generalización. Y en la FLACSO-Ecuador hay, como en todas las academias, profesores y alumnos honestos y críticos. Pero, también, como en toda organización, hay un sector hegemónico que determina su política y que es responsable de la praxis y de la imagen de la institución.

Esa imagen real es fundamentalmente distinta a la “imagen corporativa” que el Director pretende proyectar, cuando dice que: “La FLACSO es una institución académica que tiene el carácter de organismo internacional. Sus valores institucionales son pluralistas. En nuestras aulas y Foros han tenido cabida intelectuales, académicos de todo el mundo y de todas las tendencias. Hemos recibido la visita de gobernantes como Fernando Cardoso, Fidel Castro y Hugo Chávez, así como las de diplomáticos estadounidenses como Luigi Enaudi o Peter Romero.”

La realidad de hoy es que la FLACSO-Ecuador promueve abiertamente los intereses hegemónicos de Washington en la reestructuración de la institucionalidad militar y de seguridad hemisférica, al igual que en la reestructuración de la institucionalidad política, dentro de la actualización del Monroeismo estadounidense, tal como revelan los siguientes datos.

4.2 El seminario internacional de la FLACSO-Ecuador sobre seguridad hemisférica

A fin de “fortalecer y renovar la arquitectura de seguridad del hemisferio”, la FLACSO-Ecuador realizó el 19 y 20 de agosto, 2004, un seminario internacional en el Hotel Mercure-Alameda en Quito, intitulado, “Enfoques Subregionales de la Seguridad Hemisférica”.

El seminario fue auspiciado por el Open Society Policy Center (OSPC), con sede en Washington, D.C., el canadiense Centro Internacional de Investigaciones para el Desarrollo (IDRC-CDRI) y las Embajadas de Colombia y Brasil. La coordinación estuvo a cargo del General (ret.) Raúl Oswaldo Jarrín Román, exSecretario del Consejo de Seguridad Nacional y exJefe del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas.

El antecedente del evento es, en palabras de FLACSO-Ecuador, la VI Conferencia de Ministros de Defensa de América, institución que, según los organizadores, “se ha constituido en un mecanismo eficaz para la política de defensa de los países americanos”. Esta política de defensa, “vinculada con la política exterior dan practicidad a los instrumentos, como la Carta Democrática Interamericana…, por lo que se requiere un intercambio de experiencias, con el propósito de fortalecer y renovar la arquitectura de seguridad del hemisferio.”

Los organizadores definieron cuatro objetivos para el seminario: 1. “Reflexionar sobre el nuevo concepto multidimensional de la seguridad y generar una conciencia colectiva acerca de las nuevas percepciones de amenazas, situaciones de riesgo y otras preocupaciones de la seguridad hemisférica. 2. Cooperar con la institucionalización y efectividad de las Conferencias de Ministros de Defensa a través de los aportes generados mediante el dialogo incluyente y participativo de la sociedad civil y con la visión de los sistemas de seguridad subregional.”

“3. Fortalecer el concepto de seguridad cooperativa hemisférica por medio de la evaluación y legitimación de los instrumentos de política de defensa y seguridad. 4. Proponer una agenda para la Sexta Conferencia de Ministros de Defensa de América ---VI CMDA-- a través del Ministerio de Defensa Nacional del Ecuador, sede del evento.”

Para materializar su noble fin de fomentar “el dialogo incluyente y participativo de la sociedad civil con la visión de los sistemas de seguridad subregional”, Bonilla y Jarrín escogieron a personajes de impecables credenciales respectivas y de un amplio pluralismo académico, no solo en las mesas redondas, sino también en la sesión inaugural y final.

La inauguración estuvo a cargo del Presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez; de la Presidenta de la Comisión de Seguridad Hemisférica y del Consejo Permanente de la OEA, Carmen Marina Gutiérrez; del General Mayor del Ejército estadounidense, Keith Huber, Presidente de la Junta Interamericana de Defensa (JID) y Director del Colegio Interamericano de Defensa (CID), y del Director de la FLACSO-Ecuador, Adrián Bonilla. El General Nelson Herrera, Ministro de Defensa del Ecuador, clausuró el seminario.

La hoja de vida de esos protagonistas demuestra que el Dr. Bonilla y el General Jarrín tuvieron una racha de suerte, cuando seleccionaron a ese exquisito grupo pluralista, todo proclive a los “diálogos incluyentes” y las “profundas convicciones de paz, democracia y libertad, postulados por excelencia de la Organización de los Estados Americanos”.

El General Mayor Huber estuvo asignado en 1978 al Séptimo Grupo de Fuerzas Especiales (7th Special Forces Group) en Fort Gulick, Panama, como líder de un equipo operativo y como “asesor de campo” (field advisor) en Nicaragua, donde defendió con las armas a la floreciente democracia suiza del Presidente vitalicio Anastasio Somoza, contra el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Recordamos que 1978 fue el año de preparación de la ofensiva final de la revolución nicaragüense, que triunfó el 19 de julio de 1979.

Entre mayo de 1987 y mayo de 1988, en la fase culminante de la guerra de liberación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Huber sirvió como “Asesor de Campo a nivel de Brigada” (Brigade Field Advisor) en El Salvador, defendiendo a la oligarquía salvadoreña de las 16 familias, que controlaba el país. Coincidió en este tiempo la fundación, en agosto de 1987, de la Escuela de Comunicaciones y Electrónica de la Fuerza Armada salvadoreña (ESCOELFA), con personal entrenado en Tel Aviv y con la mayor parte de los equipos utilizados provenientes de un “donativo” del gobierno de Israel.

En 1996, Huber asumió el mando de Comandante del Joint Task Force-Bravo en Soto Cano, Honduras, siendo responsable de todas las operaciones militares estadounidenses en América Central. En 1997 fue nombrado Executive Officer del Comandante en Jefe del Comando Sur (SOUTHCOM), que es responsable de todas las operaciones militares estadounidenses en América Latina, y de 1999 a 2001 fue su Director de Operaciones.

Carmen Marina Gutiérrez, la segunda conferencista de la inauguración, era en aquel entonces la Presidenta del Consejo Permanente de la OEA y de la Comisión de Seguridad Hemisférica. Había llegado a su cargo después de una guerra fratricida entre el personal diplomático nicaragüense en Washington, por nombramiento del Presidente-empresario Enrique Bolaños, a raíz del merito diplomático de tener cercanía personal con el Canciller.

Recientemente, Carmen Marina tuvo el privilegio de pronunciar en nombre de la OEA una laudatio para el nuevo Secretario General de la organización, el exPresidente-empresario costarricense y economista por la Universidad de California, Miguel Angel Rodríguez ---elegido unánimemente por los cancilleres de la OEA, en otra muestra del estado calamitoso de la diplomacia latinoamericana--- con motivo de su investidura en Washington, el 23 de septiembre, 2004.

Doña Marina le certificó al Dr. Rodríguez que “exhibe una sólida formación intelectual que abreva en el pensamiento filosófico y sociológico de Locke, Hume, Montesquieu, Tocqueville y tiene la continuidad de desarrollo histórico que ofrecen las concepciones libertarias de Hayek, Mises y Popper. La Doctrina Social de la Iglesia, por otra parte, nutre su concepción integradora de ´la acción humana´ y de la ´sociedad espontánea y abierta´.”

“Corona su vida política, ejerciendo la presidencia de la República de Costa Rica, entre 1998 y el 2002, fijándose una gestión de gobierno austera, transparente y de amplia concertación política, con objetivos ciertos en materia de apertura comercial de mercados, fortalecimiento institucional, descentralización, preparación del capital humano y reordenamiento de programas sociales.”

”Su elección a la Secretaría General de la OEA es el reconocimiento expreso de los gobiernos de los Estados Miembros a sus profundas convicciones de paz, democracia y libertad, postulados por excelencia de la Organización de los Estados Americanos, consagrados en la Carta Constitutiva de 1948 y en la Carta Democrática Interamericana, de 2001.”

”Todos fuimos testigos de sus palabras en Quito cuando afirmaba su compromiso de promover los ideales interamericanos para que, en armonía pueda lograrse “más paz, más justicia y más bienestar para los ciudadanos de las Américas…El Consejo Permanente tiene certeza que, bajo su dirección, contará con una Secretaría General pro activa, capaz de coadyuvar a la elaboración de un renovado orden interamericano que encamine los procesos democráticos hacia mayores niveles de perfectibilidad…”

Lastimosamente para Doña Carmen Marina, sus padrinos y las fuerzas monroeistas renovadoras del continente, los grilletes de la INTERPOL pusieron un rápido e ignominioso fin al alto vuelo del filósofo de la “sociedad espontánea” y de la “Revolución de la Moral”.

A pesar de que el Consejo Permanente defendió al Empresario-exPresidente corrupto contra el gobierno costarricense que solicitaba su extradición por transacciones electorales turbias con Taiwan ---delito, también aplicable a un Presidente andino--- Rodríguez no escapó a la justicia tica.

Esto, sin embargo, no desanima al Consejo Permanente. Ahora defiende, junto con la Casa Blanca, al Empresario-Presidente nicaragüense Enrique Bolaños, bajo presunción de corrupción, aun en contra de los propios órganos de control de la República, porque como Doña Carmen ya descubrió con agudo olfato anti-totalitarista o, quizás, anti-sandinista: en Nicaragua "sigue viva la amenaza contra la institucionalidad, y la OEA debe continuar involucrada y atenta a esta crisis que amenaza a la democracia".

Menos mal que tengan un especialista en democracia centroamericana a la mano: el General Mayor Huber seguramente puede aportar algunas experiencias y contra-experiencias productivas de los “diálogos incluyentes” que tuvo el Presidente Ronald Reagan con los Sandinistas en los años ochenta, cuando promovía las “profundas convicciones de paz, democracia y libertad” de la OEA en las repúblicas bananeras de Centroamérica.

América Latina: los cuatro intereses estratégicos del imperialismo y el papel de la FLACSO-Ecuador (III)

Bill Clinton-George Bush: La conquista de América Latina y la incapacidad teórica-política de las fuerzas bolivarianas latinoamericanas para impedirla

Heinz Dieterich
Rebelión/MDP

3.1 El Plan de Guerra de Clinton

El plan de guerra del Presidente William Clinton, destinado a reconsolidar el estado neocolonial de América Latina, fue puesto en marcha en la Primera Cumbre de las Américas en Miami, 1994. A diferencia del proyecto de Bush para Irak, no tenía ambigüedades ni improvisaciones.

No iba a ser una guerra relámpago (Blitzkrieg)), sino una guerra de desgaste, planeada para once años y con tres frentes de ataque, en los cuales el imperio concentraba sus fuerzas para arrollar a cualquier resistencia latinoamericana: 1. la reconquista económica con el ALCA; 2. la reconquista política y, 3. la reconquista militar.

El éxito de toda guerra depende, estructuralmente, de dos factores: a) del poder real de los antagonistas y, b) de la definición correcta del Centro de Gravedad (CG) del enemigo, es decir, de su centro de poder y movimiento, contra el cual tiene que dirigirse el golpe principal de las propias fuerzas.

Esos centra gravitatis del enemigo latinoamericano fueron correctamente definidos por los planificadores de Clinton, como los Estados latinoamericanos. La conciencia imperial, de que esos Estados no disponen de un proyecto histórico ni de capacidades de previsión estratégica, que pudieran cohesionar a sus Fuerzas Armadas, a la burocracia diplomática y las demás burocracias estatales en un frente anti-monroeista, los autodefinía como el blanco principal del ataque.

La determinación de lo que constituiría el “triunfo decisivo” de la guerra tampoco fue igualmente clara: capitulación incondicional de las fuerzas enemigas en los tres frentes de guerra, manifiesta en su consentimiento a la reestructuración monroeista del sistema interamericano.

Las tres guerras se implementarían de manera autónoma en sus respectivos teatros de operaciones, pero sincronizadas dentro del plan maestro, a través de la Casa Blanca. El tiempo del triunfo final fue definido para los años 2005/6.

La incapacidad de los Estados latinoamericanos para detener los avances de las tres ofensivas ---a las cuales se agregó ahora la ofensiva para ocupar a la Amazonia (véase el primer artículo de esta serie), en la cual la Secretaria General de la Organización de Cooperación del Tratado de la Amazonia (OTCA), Doña Rosalía Arteaga aprovecha actualmente la perturbadora desorganización de sectores del Estado venezolano para colocar monroeistas en la organización y crear las condiciones para privatizar a la Amazonia--- demostró que los cálculos del gobierno de Clinton fueron correctos.

En toda América Latina no hay ni un solo Instituto de Estudios Estratégicos con perspectiva bolivariana que pudiera producir la teoría e inteligencia para enfrentar y ganar esta guerra. Los mal llamados servicios de inteligencia de las Fuerzas Armadas latinoamericanas y sus Escuelas de Guerra no tienen nivel, ni visión estratégica que merezcan el nombre, al igual que las cancillerías, carentes de doctrina y plagadas de nepotismo y clientelismo, y los Centros de Estudios Latinoamericanos (CELA) en las universidades que se han hundido en la mediocridad y el academicismo.

Los Estados latinoamericanos y sus diplomáticos que avalan todo lo que el Monroeísmo les ponga de frente, desde la propuesta del ALCA y la Carta Democrática Interamericana (DCI) hasta el envío de tropas a Haití, carecen de capacidad y, en muchos casos, de voluntad de defensa de la integración latinoamericana.

Las únicas orientaciones de los Estados a la comprensión de la situación estratégica latinoamericana vienen de los Presidentes Hugo Chávez y Fidel Castro y esto, pese a su genialidad individual, no es suficiente para el proceso de liberación. Ambos demiurgos tienen una abrumadora carga de tareas prácticas cotidianas y son, además, hombres de Estado, lo que limita sustancialmente lo que puedan decir.

El vacío tampoco se ve llenado por los movimientos populares y los intelectuales. A los primeros, quizás, por condiciones estructurales, no les es posible llenarlo, cosa que es diferente para los intelectuales, quienes, sin embargo, no asumen la tarea.

3.2 La implementación del Plan de Guerra

La implementación del Plan de Reestructuración Monroeista de Clinton se realizó, por una parte sobre las estructuras existentes del sistema interamericano y, por otra, a través de la creación de nuevas instituciones hemisféricas generadas ex profeso para el proyecto.

Entre las nuevas instituciones destacan cuatro: 1. las Cumbres de las Américas, de los Jefes de Estado del continente, la primera de las cuales se realizó en Miami en 1994. Según el Departamento de Estado fue la primera reunión de su tipo en 27 años y celebró “el compromiso con la democracia y las economías de mercado en América Latina”. 2. las Conferencias de Ministros de Defensa de América (CMDA). 3. Las estructuras del ALCA y, 4. el Centro Hemisférico de Estudios para la Defensa (CHED), creado por el Pentágono dentro de la Universidad Nacional de Defensa de las Fuerzas Armadas estadounidenses, la National Defense University (NDU).

Clinton abrió el primer frente de guerra, el ALCA, en la cumbre de Miami. El éxito fue completo. Los latinoamericanos aceptaron la propuesta e instruyeron a sus ministros, en la Tercera Cumbre en Québec, 2001, que asegurasen “que las negociaciones del Acuerdo ALCA concluyan, a más tardar, en enero de 2005, para tratar de lograr su entrada en vigencia lo antes posible, y no más allá de diciembre de 2005…El Acuerdo deberá ser equilibrado, comprensivo, y congruente con las reglas y disciplinas de la Organización Mundial del Comercio (OMC)…”.

Una década después del primer cañonazo de la ofensiva de Clinton, el avance del ALCA cubre Norteamérica, Centroamérica y partes de Sudamérica.

En la misma Cumbre de Québec se inició la guerra por los propósitos del Monroeismo político. La idea fue canalizada por el sucesor de Clinton, George Bush, mediante funcionarios peruanos y un mandato referente a la elaboración de una Carta Democrática Interamericana (CDI). Redactada la Carta, fue ratificada por aclamación (¡!) ---parece que los diplomáticos latinoamericanos ni siquiera se atreven a pedir el uso de los mecanismos más esenciales de la democracia formal en estas reuniones--- el 11 de septiembre del 2001, en una reunión extraordinaria de la OEA en Lima, con la obvia intención de convertirla en arma contra el gobierno venezolano de Hugo Chávez y el cubano.

El carácter modernizador-monroeista de la Carta quedó totalmente claro en una evaluación, que el diplomático peruano y exSecretario General de la ONU, Javier Pérez de Cuellar, realizó un año después de su ratificación. “La Carta constituye un instrumento internacional que sintetiza las disposiciones de la OEA en materia de preservación y defensa de la democracia, superando las limitaciones e incoherencias de los textos preexistentes.”

“Según la Carta la obligación de los Estados americanos de constituirse en regímenes democráticos tiene tres características: en primer lugar, la de constituir una condición para formar parte del sistema interamericano; en segundo lugar, considera la democracia como un propósito o fin que los Estados miembros, individual y colectivamente, se comprometen a promover y desarrollar; en tercer lugar, una obligación de hacer que los compromete a una acción colectiva para asegurar el restablecimiento del orden democrático, allí donde haya sido alterado u objeto de una ruptura.”

“La Carta establece, en ese sentido, una suerte de sistema de seguridad colectiva para la preservación de la democracia, que va desde el recurso voluntario de un gobierno que demanda la acción colectiva para superar problemas que afecten su institucionalidad democrática, hasta en los casos de ruptura o grave alteración del orden democrático, la suspensión de la pertenencia de un gobierno ilegítimo a la organización de los estados americanos…”

“El golpe de estado clásico parece cada vez menos viable. Entre otros factores, porque la democracia es ahora, en la región, una obligación internacionalmente exigible.” Esta es una afirmación un tanto extraña, considerando que Pérez de Cuellar la pronuncia a pocos meses del golpe de Estado contra el Presidente Hugo Chávez, aclamado por Washington.

“Sin embargo, las amenazas de autogolpes, ejercicios tiránicos del poder por parte de gobiernos legítimamente electos pero que actúan ilegítimamente, alianzas inconstitucionales entre los militares y gobernantes en crisis, siguen siendo una potencial realidad. De esto ultimo surge como un dogma que un gobierno inobjetablemente elegido, sólo es democrático si gobierna democráticamente.”

Ese precepto dogmático de Pérez de Cuellar, intencionado para convertirse en normatividad legal internacional ---y utilizado a pie de la letra como apología del coup d´etat contra el Presidente Chávez por Condoleezza Rice, Jefa del Consejo de Seguridad Nacional estadounidense--- fue adoptado en seguida por la nueva institución intervencionista hemisférica militar creada por Clinton, en la V Conferencia de Ministros de Defensa de América (CMDA) en Santiago de Chile, en el 2002.

Ese precepto tiene un corolario obvio. Debe de haber un instituto que certifique, mediante un catálogo de criterios si un gobierno actúa “democráticamente”. Al desarrollo de este decálogo y de la institución fiscalizadora se dedican actualmente las fuerzas monroeistas, a fin de crear el instrumento operativo definitivo para completar su intervencionismo en los asuntos internos de los Estados latinoamericanos y terminar con la poca soberanía política que les queda.

El tercer frente de guerra fue abierto por Clinton con la institucionalización de la Conferencia de los Ministros de Defensa de las Américas (CMDA), en 1995 y, el Centro Hemisférico de Estudios para la Defensa, propuesto por su Ministro de Defensa, William Perry, durante la I Conferencia de los Ministros de Defensa de las Américas, en Williamsburg, Virginia, en 1995, ratificado por la II CMDA en Bariloche, Argentina, en 1996, y establecido en septiembre de 1997 por el Pentágono dentro de la universidad del complejo militar-industrial, la Universidad de Defensa Nacional (NDU).

Analizaremos en la entrega de mañana en detalle ese avance del militarismo monroeísta que es perentorio detener en la VI Conferencia de Ministros de Defensa de América, que tendrá lugar en Quito del 16 al 21 de Noviembre, del 2004.

19.10.2004

América Latina: los cuatro intereses estratégicos del imperialismo y el papel de la FLACSO-Ecuador (II)

Heinz Dieterich
Rebelión/MDP

2. Bolivarianismo militar o Monroeismo militar: la batalla por América Latina

El proceso de recuperación de la soberanía nacional latinoamericana, iniciada por el Presidente Hugo Chávez hace cinco años ha llegado a la dimensión militar de la Segunda Independencia y la ha convertido en el principal campo de batalla entre el imperialismo estadounidense y las fuerzas hemisféricas bolivarianas.

Bolivarianismo militar o, lo que es lo mismo, descolonización militar de Washington, significa alcanzar la siguiente arquitectura militar hemisférica, sostenida por seis pilares.

1. El punto de partida de toda liberación es la ruptura del software de dominación que el amo implanta en la cabeza de sus víctimas. El sueño de todo amo es que la víctima vea el mundo con sus ojos. Esto lo han logrado el imperialismo estadounidense y el europeo, y las manifestaciones de este software van desde la intocabilidad del liderazgo del Primer Mundo en la dimensión militar hasta la idea de la imposibilidad de la soberanía militar nacional.

El General prusiano Carl von Clausewitz había observado hace casi dos siglos, que cuando pequeños Estados se apoyan en Estados poderosos, el Centro de Gravedad (CG) militar reside “en el ejército del aliado poderoso”. En esa genial determinación radica la clave teórica para entender la sumisión total de la política militar del entreguismo criollo a Washington, durante los últimos doscientos años.

2. El sometimiento mental de los militares criollos “al ejército del aliado poderoso”, caracterizado por un fuerte complejo de inferioridad, determina su praxis cotidiana. Hugo Chávez rompe ese complejo de inferioridad con cada discurso público, debido a que tiene por esencia espiritual la fe en las propias fuerzas y la capacidad de autoasumirse como sujeto; dejando de ser, en consecuencia, objeto y esclavo de otros, por más poderosos que sean.

En la medida en que avanza la sustitución del software del esclavo latinoamericano por la del sujeto, se vuelve posible la construcción real de las Fuerzas Armadas Latinoamericanas dentro de un Bloque Regional de Poder (BRP), tal como el Presidente lo ha propuesto en forma de la Organización del Tratado del Atlántico Sur (OTAS) que podría abarcar, en un primer paso, a los países del Eje atlántico progresista o del Mercosur, para después extenderse al resto de las naciones.

3. La tercera condición de un sistema latinoamericano de seguridad es la clausura de todas las bases militares externas y misiones militares en su masa territorial y la descontinuación de la formación de los militares latinoamericanos en el aparato militar-ideológico estadounidense. Venezuela ha dado pasos importantes en esta dirección, por ejemplo, al denegarle a Washington el derecho de patrullaje aéreo sobre territorio nacional, bajo el pretexto del combate al narcotráfico.

4. La integración militar latinoamericana requiere también la ruptura con la doctrina militar estadounidense que se encuentra en un estado de perversión antidemocrática y antihumana que la hace inaceptable para toda Fuerza Armada democrática.

Se trata de una doctrina ofensiva de sometimiento del mundo entero a los intereses de explotación de la elite estadounidense, con los medios más brutales y bárbaros pensables de la alta tecnología (véase mi artículo del 12.10., en rebelión.org), que se encuentra en diametral oposición a la ética de la defensa legítima de la integridad territorial de la Patria Grande y de los derechos de sus ciudadanos, tal como fue establecida por Simón Bolívar y Antonio José de Sucre, entre otros libertadores.

5. La doctrina bolivariana de la guerra defensiva de todo el pueblo requiere, por supuesto, una tecnología y logística militar adecuada a esa doctrina y a los teatros de operaciones latinoamericanos, así como una industria bélica propia que pueda garantizar el suministro necesario en tiempos de crisis.

La lección militar de Irak es muy clara en cuanto a lo que podría llamarse “el piso más bajo del armamento necesario”. Y, sin duda, Irak proporciona experiencias necesarias y hasta suficientes para determinadas áreas de conflicto, por ejemplo, en lo que sería la resistencia terrestre en Cuba durante una invasión estadounidense.

Es insuficiente, sin embargo, para servir al Bloque Regional de Poder Militar latinoamericano como guía de doctrina militar, porque el conflicto bélico iraquí es demasiado rudimentario. En la Patria Grande será probablemente imprescindible una combinación de los siete tipos de pertrechos militares básicos necesarios para vencer en la guerra popular prolongada, con dispositivos militares de alta tecnología, como sería, v.g., un Sistema de Posicionamiento Global (GPS) propio.

La política militar venezolana parece reflejar esa comprensión. La compra de cuarenta helicópteros de combate MI-35, de Rusia, para bases aéreas tácticas avanzadas en la frontera colombiana y la posible compra de helicópteros de transporte, en respuesta a los repetidos asesinatos de militares y civiles venezolanos por paramilitares colombianos; la eventual (¡!) compra de aviones de combate MIG-29 SMT y de radares de China, junto con la expulsión de “oficiales de enlace” estadounidenses de las instalaciones militares venezolanas, como es el cuartel general de Fuerte Tiuna, donde habían estado durante medio siglo, son ejemplos al respecto.

Ninguna de esas medidas está dirigida contra Washington o algún Estado latinoamericano. De hecho, las razones de las respectivas medidas varían. Es, por ejemplo, un simple asunto de soberanía, dignidad, sentido común y precaución nacional, no permitir que los militares gringos que participaron en el golpe militar contra el Presidente en el año 2002, tengan oficinas en el Cuartel General en Fuerte Tiuna, cerca de la Comandancia General del Ejército. ¿O, acaso el Pentágono estaría dispuesto a proporcionarle una oficina al agregado militar venezolano debajo de la oficina de Donald Rumsfeld?

En lo referente a los helicópteros: el nuevo agregado militar de la Embajada de Estados Unidos en Caracas ha tocado las puertas de altos oficiales venezolanos para venderles el helicóptero estadounidense Black Hawk. Sin embargo, su lobbying ha sido infructuoso, por el simple hecho, de que los helicópteros rusos se adaptan mejor a las condiciones del teatro de operaciones previsto que los estadounidenses.

Y en cuanto a una eventual adquisición de los MIG-29, simplemente hay que tomar en cuenta que los cazas franceses Mirage de la Fuerza Aérea venezolana son ya un tanto obsoletos, mientras que los 22 cazas F-16 de fabricación estadounidense son modelos atrasados, con algunos de ellos no operativos por falta de mantenimiento y repuestos. Tienen, además componentes electrónicos, que los venezolanos no controlan.

La propaganda del Pentágono, lanzada a través de sectores colombianos y una agencia internacional de noticias, habla de 50 cazas MIG-29. Aunque ese número fuera cierto, sería absolutamente marginal comparado con las Fuerzas Aéreas de países en similitud de condiciones. Arabia Saudita, por ejemplo, que tiene reservas energéticas y un tamaño poblacional semejante al de Venezuela, cuenta con 285 aviones de combate F-15 y Tornado, además de AWACS y grandes contingentes de helicópteros de combate.

En todo este contexto hay que ser conciente de los siguientes antecedentes históricos. En la Guerra de las Malvinas, Washington proporcionó a las fuerzas militares de Su Majestad la inteligencia militar para sus operaciones bélicas, y Francia no sólo entregó las claves electrónicas de los cohetes “Exorcet”, que había vendido a Argentina, a los ingleses lo que les dio la capacidad de evadirlos, sino entrenó también a los pilotos británicas en las tácticas aéreas necesarias para eludir los cohetes que eran claves para el desenlace de la guerra.

En Nicaragua, durante la agresión de los paramilitares de Reagan al legítimo gobierno sandinista, el gobierno estadounidense entregó a sus mercenarios, los “contras”, los planes de los puentes y carreteras construidos por el cuerpo de ingenieros del ejército estadounidense en sus “misiones de apoyo civil”, para facilitarles la destrucción en sus operaciones de sabotaje a la infraestructura cívica del país.

De tal manera, que la diversificación de la tecnología militar de las Fuerzas Armadas venezolanas es absolutamente racional y dentro del interés nacional, cosa que no ha impedido que Washington haya iniciado ya una campaña contra la “nueva alianza estratégica con Moscú” y acusando al Presidente de iniciar una “carrera armamentista” en América Latina; todo esto, con la ayuda de su caja de resonancia mayor, la CNN, y sus cajas de resonancia menores en Colombia.

6. La creación de una industria bélica latinoamericana, limitada a garantizar la capacidad defensiva de la Patria Grande, es la última necesidad para la soberanía militar regional. Washington, con su habitual pragmatismo, se ha adelantado en este campo, para bloquear el camino. En la reunión preparatoria de la VI Conferencia de Ministros de Defensa de América, que tendrá lugar en Quito en noviembre, los militares delegados decidieron integrar en la agenda la posibilidad de aunar esfuerzos para “constituir una industria bélica común en el continente”.

Según la información disponible fue Brasil el país que hizo la propuesta de que se incluya en las discusiones de noviembre la “cooperación e integración regional de industrias de la defensa”, iniciativa

que sería congruente con la declaración pública del Ministro de Defensa brasileño, José Vieges, de que “La integración de industrias de defensa es algo deseable”; una posición, con la cual, por razones obvias, Washington está totalmente de acuerdo.

Los requisitos e implicaciones de una política de recuperación de la soberanía nacional militar latinoamericana como la que promueve el Presidente Chávez, entran en inevitable posición antagónica con los intereses de Washington. Entre el imperialista Monroe y el Libertador Bolívar no hay término medio posible.

Esto, por una simple razón. El poder de destrucción física, el militar, es el Centro de Gravedad de todo Estado y de todo sistema político de dominación. Cuando un sistema político de dominación pierde su fuerza de coacción material, se desintegra y desaparece. Por eso, los reyes prusianos grabaron en sus cañones la leyenda: ultima ratio regis -- la última razón de los reyes.

Este es el problema de la política militar de Hugo Chávez para el imperialismo estadounidense. Será en la VI Conferencia de Ministros de Defensa de América en noviembre próximo en Ecuador, cuando el antagonismo entre el bolivarianismo militar y el monroeismo militar se hará manifiesto.

Para que el bolivarianismo gane esta batalla tendrá que haber analizado con la genial claridad dialéctica del General von Clausewitz, cuál es el Centro de Gravedad del enemigo, contra el cual habrá de dirigir sus fuerzas, con qué aliados y en qué tiempos.

Sin embargo, las fuerzas de Washington han llevado a cabo ya varias misiones de infiltración y exfiltración y han establecido varios Forward Operating Bases (FOL), Bases de Operación Adelantadas, tratando de ocupar posiciones ventajosas para la batalla de noviembre. De estas operaciones tratará la tercera parte de esta serie.

Ver Primera parte

América Latina: los cuatro intereses estratégicos del imperialismo y el papel de la FLACSO-Ecuador (I)

Heinz Dieterich
Rebelión/MDP

Washington pretende imponer cuatro macrointereses estratégicos en América Latina: 1. Militarizar a la Patria Grande y convertir a sus Fuerzas Armadas en ejércitos pretorianos del Pentágono; 2. Destruir su soberanía política mediante la Carta Democrática Interamericana (CDI) y la certificación democrática anual de sus gobiernos; 3. Apoderarse de la Amazonia mediante la actualización neocolonial de la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA) y el establecimiento de bases militares en ella, y, 4. Imponer el Área de Libre Comercio de las América (ALCA).

Dentro de la gran ofensiva desplegada por Washington para lograr esos objetivos estratégicos, la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), sede Ecuador, bajo su director Adrián Bonilla y sus colegas de la Universidad de Miami, se ha convertido en un colaborador imprescindible, particularmente en el proyecto de la conversión de los ejércitos en ejecutores de los intereses imperiales y en la destrucción de la soberanía política de los Estados nacionales latinoamericanos mediante mecanismos de “certificación democrática” multilateral.

Lograr los cuatro objetivos estratégicos mencionados presupone la reestructuración modernizante pro-imperial de la arquitectura hemisférica heredada de la Segunda Guerra Mundial y de la “Guerra Fría”, configurada en el Tratado Interamericano de Defensa (TIAR) o Tratado de Rió (1947); la Carta de la Organización de los Estados Americanos (OEA), de 1948; el Tratado de la OTCA, de 1978 y los respectivos tratados comerciales.

Este megaproyecto de construcción de la nueva institucionalidad neocolonial interamericana ---que va paralelo a los megaproyectos de reordenamiento imperial de Medio Oriente, Asia Central y Asia suroriental--- requiere de enormes alianzas de poder, para ser exitoso. La FLACSO-Ecuador juega un papel subordinado, pero importante, dentro de esa alianza de poderes encabezada por la Casa Blanca, los complejos militar-industriales estadounidenses y sionistas, la National Defense University (NDU) estadounidense, las oligarquías latinoamericanas y la Organización de Estados Americanos (OEA).

Los avances del nuevo panamericanismo imperial-modernizante han sido desiguales. En cuanto al ALCA, ha logrado tragarse a Norte- y Centroamérica y amenaza a consolidarse a través del Eje Presidencial Entreguísta (EPE) del Pacífico, con Uribe en Colombia, Gutiérrez en Ecuador, Toledo en Perú y Lagos en Chile. Los adelantos en las otras tres dimensiones son objeto de análisis de este ensayo.

1. El avance sobre la Amazonia

En lo referente a la OTCA, el imperialismo ha logrado avanzar silenciosamente sus intereses, desempolvando y reactivando a través de sus empleados políticos criollos el Tratado de la OTCA, casi olvidado, de 1978.

En marzo del 2004, los Cancilleres de los países miembros de la OTCA ---Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guayana, Perú, Surinam y Venezuela--- designaron, por unanimidad, a la ecuatoriana, Doctora Rosalía Arteaga, como la primera Secretaria General de dicha organización, a partir del 1 de mayo de 2004, en una Secretaría General permanente en Brasilia, que acaba con la improvisación de las Secretarías pro tempore que caracterizaban el estado de hibernación anterior de la organización.

La gestión para lograr el apoyo de todos los países miembros a la candidatura de la Dra. Rosalía Arteaga, dice con orgullo una declaración oficial del Ministerio de Relaciones Exteriores del Ecuador, se efectuó “bajo la coordinación del Viceministro de Relaciones Exteriores Edwin Jonson”, abogado y especialista en Relaciones Internacionales por la Universidad Johns Hopkins, de Washington, D. C., y por la Academia de la Paz de Nueva York.

Y sigue: “La postulación de la ex–Vicepresidenta Constitucional de la República se enmarcó en la clara y coherente política del Gobierno Nacional… que ha venido trabajando en los últimos 25 años hacia la armonización de un modelo único de desarrollo (sic) que tome en cuenta las particularidades de la extensa región amazónica. En ese sentido, la asunción por parte del Ecuador, en la persona de la Doctora Arteaga, de la Secretaría Permanente de la Organización, -resultado de una eficaz política externa llevada a cabo por el Ministerio de Relaciones Exteriores, con el apoyo de la Embajada del Ecuador en Brasil-, es un importante reto porque liderará la aprobación, mediante un amplio debate al interior de los países amazónicos, del Plan Estratégico para el período 2004-2010; etapa fundamental no sólo para la consolidación de los logros alcanzados desde la firma del Tratado de Cooperación Amazónica sino, fundamentalmente para darle el giro cualitativo como un efectivo instrumento de integración y desarrollo, con la activa participación de la población amazónica.”

“Para hacer frente a este reto, el Gobierno Nacional, conformó la Comisión Nacional del Tratado de Cooperación Amazónica –CEPCA-, presidida por el Ministerio de Relaciones Exteriores e integrada por el Ministerio de Defensa Nacional y la Oficina Nacional de la Presidencia de la República. El Instituto para el Ecodesarrollo de la Región Amazónica Ecuatoriana –ECORAE-, ejerce como Secretaría Técnica.”

Los gobiernos de Lucio Gutiérrez en el Ecuador y de Alejandro Toledo en el Perú, no sólo son los dos gobiernos más proimperialistas en el hemisferio, sino también los que más sabotean todo intento de integración bolivariana de la Patria Grande, como confirma todo canciller progresista sudamericano en conversación privada.

El hecho de que el caballo de Troya andino-estadounidense, Doña Rosalía Arteaga ---que además de su función proimperial no ostenta mayores meritos personales para encabezar una misión de importancia mundial, como es el uso racional de las riquezas naturales de la Amazonia, la defensa de sus pueblos y de su latinoamericanidad--- haya sido nombrado por unanimidad (¡!) de ocho cancillerías latinoamericanas como Secretaria General del organismo, muestra el estado de descerebración en que se mueven las burocracias diplomáticas de América del Sur.

Salvo la diplomacia cubana, todo es improvisación, rutina conservadora y despolitización antipatriótica – un desastre comparado con los tiempos de oro de la diplomacia brasileña, mexicana y argentina. (Deseamos suerte al nuevo canciller venezolano, Jesús Pérez, en su difícil, pero vital misión de renovar al servicio diplomático venezolano, misión en la cual seguramente se pondrá particular atención en la situación en las Islas Canarias y en Holanda, entre otras.)

Habiéndose entregado el rebaño al cuidado de los lobos, los descalabros diplomáticos siguieron. En la VIII Reunión de Ministros de Relaciones Exteriores de los Estados miembros de la OTCA, en Manaos, Brasil, el 14 de septiembre, los delegados nacionales “acogieron con satisfacción” el ofrecimiento del gobierno peruano, para realizar la IX reunión de cancilleres de la OTCA en Iquitos, Perú, en septiembre de 2005, justo en un lugar, donde los militares estadounidenses tienen una base militar operativa y un centro de entrenamiento antiguerrillero para las fuerzas peruanas.

Asimismo decidieron “elevar a consideración de los Señores Presidentes de los Estados miembros” la oferta de Gutiérrez de que se realice la Cumbre Presidencial de la organización a comienzos del 2006 en Ecuador, y “celebran la aprobación del Plan Estratégico” de la OTCA, el cual define “los Ejes Estratégicos de Acción, las Áreas Programáticas e Instrumentos Operacionales para orientar las actividades de la Secretaria Permanente desde el año 2004 hasta el 2012”.

El Plan Estratégico logrado por el gobierno neoliberal ecuatoriano, que nunca pasó por el “amplio debate al interior de los países amazónicos”, es convenientemente oscuro en elementos claves de la construcción del futuro de la Amazonia, por ejemplo, la protección y explotación de la biodiversidad, pero muy claro en su orientación comercial. El desafío esencial de la Amazonia consiste “en convertir esta enorme riqueza natural de la región en su principal fortaleza competitiva, con base a la aplicación de los avances científicos y tecnológicos disponibles, que permitan … un nuevo enfoque sobre la administración de los recursos naturales y del medio ambiente (que) pueda generar importantes beneficios económicos a partir del desarrollo de actividades innovadoras en otros sectores promisorios para la generación y retención de la renta…”.

Debido a esas deficiencias del Plan, la representación venezolana en el Consejo de Coordinación Amazónica, manifestó en una reunión preparatoria del día 2 de septiembre, su intención de suprimir el párrafo que aprobaba el Plan Estratégico en el proyecto de la “Declaración de Manaos”. Los demás representantes no apoyaron la moción y señalaron que “la aprobación del mismo era indispensable, lo contrario mataría a la OTCA”. Lastimosamente, los delegados venezolanos cedieron al chantaje y firmaron “bajo reserva” la Declaración de Manaos, quedando en la incertidumbre para todos, qué significa “bajo reserva” en términos del derecho y poder internacional.

Otra bomba de tiempo que Doña Arteaga y el imperialismo lograron plantar en la Declaración de Manaos es el punto “39”, en el cual los cancilleres “deciden instruir a la Comisión de Coordinación del Consejo de Cooperación Amazónica (CCOOR) para que en coordinación con la Secretaria Permanente, elaboren propuestas y criterios para la posible participación de Observadores en futuras reuniones de la OTCA”.

Este párrafo abre la puerta a la entrada de las ONG´s, las organizaciones de la ONU, las fundaciones, las universidades y las empresas transnacionales, que en gran medida son instrumentos de biopiratería y del neocolonialismo estadounidense y europeo. Se trata, de hecho, de un paso más de las dos potencias mundiales, para expropiar a la Amazonia y convertirla, cual “pulmón verde de la humanidad”, en “patrimonio” de la misma, es decir, de las fuerzas dominantes.

Tuvo éxito parcial, por lo tanto, el lobbying de Doña Arteaga y su enérgica intervención en la reunión de los cancilleres, en la cual propuso que esas ONG´s y la “Cooperación Técnica Internacional” fuesen incluidos como “miembros colaboradores” en la misión de la OTCA. Se empezará con “observadores” y terminará con “miembros colaboradores”.

Estados Unidos: el inexorable camino de la democracia burguesa hacia el fascismo

Heinz Dieterich
Rebelión/MDP

En su incontenible tendencia de explotación y subyugación de la humanidad entera, el complejo militar-industrial estadounidense expande sus negocios de la muerte, con un presupuesto record para el próximo año de alrededor de 580 mil millones de dólares.

Esta suma es 1.14 veces superior al Producto Interno Bruto (PIB) del país más grande de América Latina, Brasil; 4.4 veces superior al PIB de Argentina; más de diez veces superior al de cualquier otra nación sobre la tierra; superior al de los gastos militares combinados de las 25 naciones siguientes y es prácticamente equivalente a los costos directos de la Guerra de Vietnam, de 584 mil millones de dólares.

El total se compone de la siguiente manera: 420 mil millones de dólares para el Pentágono; alrededor de 80 mil millones para las guerras en Irak y Afganistán; cerca de 40 mil millones para el Departamento de Seguridad Interna (Department of Homeland Security, DHS) y alrededor de 40 mil millones para las docenas de agencias de espionaje y seguridad, entre ellas las catorce que proporcionan “inteligencia positiva estratégica sobre países extranjeros”, según el Programa Nacional de Inteligencia Externa (NFIP), más aquellas que se dedican al nivel “táctico militar y de seguridad” y a dar “respuestas de seguridad a amenazas transnacionales”, como el tráfico de drogas, la guerra informática y el terrorismo.

144 mil millones de dólares de esta suma serán gastados por el Ministerio de Guerra de Estados Unidos, el Pentágono, en la investigación y construcción de nuevas armas que son aún más terroríficas que los existentes. En total suman 77 proyectos de desarrollo armamentista, con un costo total de 1.3 billones de dólares, entre ellos:

La extensión de la flota de bombarderos “invisibles” (B-2); la construcción de treinta nuevos submarinos nucleares de la clase Virginia; de 200 cazabombarderos avanzados F-35; del nuevo destructor “invisible” DDX con un costo por unidad de 2.7 mil millones de dólares; la adquisición de nuevos mísiles cruceros Tomahawk; el desarrollo de nuevas cabezas termonucleares para la destrucción de fortificaciones subterráneas; de un avión de reconocimiento que alcanza siete veces la velocidad del sonido; de soldados robóticas con armas de alta energía que combatirán en las futuras guerras urbanas, cuando, a partir del 2010, más del 60 por ciento de la población mundial vive en ciudades.

Parte de esas armas de alta energía ya son operativas, como, por ejemplo, armas que emiten microondas. Algunas armas de microondas están prácticamente listas y su primer uso está planeado para la ofensiva general contra los insurgentes en Irak, en noviembre y diciembre de este año. Como en un horno de microondas convencional, este arma de radiación electromagnética, cuyas ondas penetran 0.4 milímetros en la piel humana, causa a las moléculas de agua vibrar con una frecuencia muy superior a la normal, generando un fuerte ardor y dolor insoportable para la víctima. Otra arma en pruebas es el uso de pulsiones de láser para cegar temporalmente (¿?) al adversario.

Otro programa es el Global Area Strike System, que consistirá en un sistema de láser de alta energía instalado en Estados Unidos que envía emisiones de láser hacia espejos estacionados en el espacio, desde donde son redirigidas hacia blancos en el espacio, la atmósfera y la superficie de la tierra.

Similar, pero aún más terrorífico, que el programa de High-Frequency Active Auroral Research Program (HAARP) que mediante el calentamiento deliberado de la ionosfera (capas de aire ionizado desde los casi 80 Km. sobre la superficie terrestre hasta 640 Km.) altera el clima, los sistemas eléctricos y las comunicaciones en regiones escogidas de la tierra, por ejemplo, mediante precipitaciones, huracanes, niebla y tormentas extremas. Iniciado en los años noventa en Alaska, la instalación de cientos de antenas que emitirán la energía necesaria para calentar la ionosfera y aplicar la guerra climática, ha sido esencialmente terminado bajo el gobierno de Bush, en un gran negocio compartido entre la cuarta corporación armamentista más importante de Estados Unidos, Raytheon y la cuarta transnacional armamentista más importante del mundo, la británica BAE Systems (BAES).

De tal manera que el sueño de la Fuerza Aérea estadounidense, expresado en sus proyecciones programáticas del futuro, Air Force 2025, de que las fuerzas aeroespaciales de Estados Unidos puedan ser “dueños del clima” en el año 2025 (>US forces can "own the weather," as they "own the night" now